El estilo industrial surge de en círculos pobres. En este caso, como casi siempre, la necesidad y la falta de recursos darán origen al ingenio y a la creación de nuevos estilos y tendencias de una riqueza y una singularidad espectaculares.
A mediados del siglo XX, aquellas personas que no podían acceder a las zonas más cómodas de Nueva York, empezaron a vivir en las viejas naves industriales abandonadas. De esta manera, sin mucho presupuesto, comenzaron a habitar estos espacios y a hacerlos suyos sin recursos para grandes cambios.
Es por ello que encontraremos grandes ventanales, materiales vistos y desgastados (ladrillo, cemento, y mucho acero), pilares y vigas al descubierto, conductos y tuberías de las instalaciones vistos y unos espacios de techos altos, amplios y sin tabicar. Todo tal y como fue concebido para una instalación industrial.
Especial importancia tuvieron también los artistas que, en busca de amplios espacios donde poder trabajar y/o exponer su obra, vieron las viejas fábricas como sitios ideales donde desarrollar su trabajo. Todos hemos visto alguna película que transcurre en NY en la que uno de sus protagonistas es pintor o escultor y vive en uno de estos lofts adaptados.
Más adelante el estilo industrial será repetido y hasta se construirán grandes lofts de gran presupuesto a la manera industrial, aunque alejándose de la austeridad inicial. Se usará ladrillo visto, grandes ventanales y muchas características de este estilo industrial, pero ya como recurso decorativo.
Sillas metálicas, separaciones de hierro, cristales envejecidos, ventanales, suelos de madera desgastada, lámparas y apliques metálicos oxidados, paredes de ladrillo o acabado de cemento tosco serán algunos de los elementos más destacados. Sin embargo, los elementos decorativos u ornamentales casi desaparecerán de la escena.
En cocinas, el material por excelencia será el acero inoxidable, aunque lo podemos encontrar combinado con madera. En baños se estilan los diseños retro, griferías antiguas, tuberías a la vista… Los colores más recomendados para estos espacios son los blancos, negros, grises y azules.
En la ornamentación destaca, como no, la sencillez (de líneas rectas y lisas) y poco abundante. En definitiva, la arquitectura es la protagonista, grandes espacios abiertos, grandes ventanales, pocos adornos y mucha funcionalidad y claridad.
Este estilo industrial está ganando más y más adeptos en los últimos años y se está convirtiendo en uno de los más solicitados. Deseamos que les haya gustado este post. El mes que viene volveremos con un nuevo artículo. En esta ocasión hablaremos sobre decoración inglesa. Nos vemos en el próximo artículo amigos, un saludo.